miércoles, 19 de noviembre de 2014

lágrimas

por un buho ciego.

y ya de paso
por todo lo demás.

lunes, 17 de noviembre de 2014

noviembre

llovió todo el día pero cuando volvía a casa al anochecer, ya había parado.
las nubes, densas, estaban pegadas a las cumbres y se deshilachaban por las laderas.
la lluvia había limpiado la atmósfera y parecía que todo brillaba:
los árboles y las hojas caídas, los charcos en la carretera,
los cables de la luz,
los prados en los que aún se distinguía el verde de la hierba.

abrí la ventanilla para oler el frío.
apenas me cruce con nadie.

todo se percibía tan nítido
que pensé que el mundo parecía dibujado.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Mary Oliver


(Cómo voy al bosque.)

Habitualmente voy al bosque sola, sin un solo amigo, porque son todos sonreidores y conversadores, y por lo tanto inapropiados.
No me gusta que me vean hablando con los pájaros. O abrazando al viejo roble negro. Yo tengo mi forma de rezar. Sin duda, tú tienes la tuya. 
Y además, cuando estoy sola puedo convertirme en invisible. Puedo sentarme sobre un montículo, quieta como un puñado de malezas, hasta que los zorros pasan corriendo, despreocupados. Puedo escuchar el sonido inaudible de las rosas cantando. 
Si alguna vez has venido al bosque conmigo, debo quererte mucho.



DEMORÁNDOME EN LA FELICIDAD

Después de una lluvia después de días sin lluvia
se pone fresco, privado y límpido debajo de los árboles,
y ahí la humedad, casada con la gravedad,
cae de rama en rama, de hoja en hoja, hasta el suelo

donde va a desaparecer- pero, desde luego, se desvanece
sólo para nuestros ojos. Las raíces de los robles tendrán su parte,
y las blancas hebras del pasto, y los almohadones de musgo;
unas pocas gotas, redondas como perlas, entrarán al túnel del topo;

y pronto tantas pequeñas piedras, enterradas por miles de años,
sentirán que ellas mismas son tocadas. 

(traducción de Tom Maver.)