miércoles, 29 de julio de 2009

el pollito en la piedra


el otro día, durante un paseo al atardecer, entre picadura y picadura de mosquito me entretuve en mirar las piedras a ver que encontraba.
no me costó mucho, en seguida vi al pollito asustado.
no me lo llevé a casa, era demasiado pesado.
ahora está de fondo de escritorio.

pobre.

Momentos en que se debe cesar de beber té

Trabajando
Mirando un juego.
Abriendo cartas.
Durante grandes lluvias o nevadas.
En un largo festín de vinos con gran compañía.
Revisando documentos.
En días atareados.
En las condiciones contrarias, en general, a las enumeradas en la sección anterior.

Ch'asu, Hsü Ts'eschu.

domingo, 26 de julio de 2009

Momentos adecuados para tomar té

Cuando se tiene el corazón y las manos ociosas.
Cansado después de leer poesía.
Cuando están perturbadas las ideas.
Si se escuchan canciones y cantinelas.
Cuando se termina una canción.
Encerrado en el hogar durante una fiesta.
Tocando el ch'in y mirando pinturas.
Dedicado a la conversación muy tarde en la noche.
Ante una clara ventana y un escritorio limpio.
Con amigos encantadores y gráciles concubinas.
De regreso de una visita a los amigos.
Cuando el día es claro y dulce la brisa.
En un día de leves chaparrones.
En un bote pintado, cerca de un puentecito de madera.
En un bosque de altos bambúes.
En un pabellón que mira sobre flores de loto en un día de verano.
Después de haber encendido incienso en un pequeño estudio.
Después de terminada una fiesta y marchados los huéspedes.
En un templo tranquilo, escondido.
Cerca de manantiales famosos y rocas extrañas.

Ch'asu, Hsü Ts'eschu.

jueves, 23 de julio de 2009

constataciones

me como un melocotón y doy el último sorbo a la copa de vino


y no sé cómo taponar esa herida por la que me desangro...

martes, 21 de julio de 2009

Intenta celebrar el mundo mutilado

Intenta celebrar el mundo mutilado.
Recuerda los largos días de junio
y las fresas silvestres, las gotas de vino rosé.
Las ortigas, que con esmero cubrían
las fincas abandonadas de los exiliados.
Tienes que celebrar el mundo mutilado.
Mirabas los yates y los barcos lujosos;
uno de ellos tenía un largo viaje por hacer,
a otros les aguardaba sólo un vacío salado.
Viste a refugiados con rumbo a ninguna parte,
oíste a verdugos que cantaban con gozo.
Deberías celebrar el mundo mutilado.
Recuerda los momentos cuando estabais juntos
en una habitación blanca y se movió la cortina.
Vuelve en pensamientos al concierto, al estallar la música.
En otoño cogías bellotas de los parques y las hojas
se arremolinaban en las cicatrices de la tierra.
Celebra el mundo mutilado,
y la pluma gris que un tordo ha perdido,
y la luz delicada que yerra y desaparece
y regresa.

Adam Zagajewski (traducción de Xavier Farré).


He descubierto a Zagajewski recientemente en el Diario voluble de Vila-Matas. Solo citaba un verso (que yo cito de memoria), "una naranja pelada, llega el verano".

jueves, 16 de julio de 2009

de mis investigaciones...

onomatopeyico-lingüísticas.

quiquiriquí - castellano
kokekoko - japonés
kukuku - dyula
kukuriku - polaco
kykeliky - noruego
kukleku - flamenco
kikiriku - griego
cocorico - francés
kikiriki - alemán

lunes, 13 de julio de 2009

estupefacción



buscaba otra cosa y me encontré con esta foto.

no recuerdo el momento, no sé el año, ni dónde, apenas el nombre de esa muñeca (creo que es Ingrid, me la trajo mi padre de Suecia, ya no puedo preguntar a mi madre).

la miro con estupefacción, ¿soy yo?.

¿qué tenemos en común, qué parte de mí hay en ella, o mejor, qué parte de ella hay en mí?.


quizá solo que las dos miramos desde abajo...

y la mirada desafiante.

jueves, 9 de julio de 2009

sueño-somni-sueño

Hace tiempo que busco una casa para compartirla con un amigo, pero no he podido encontrar una que nos acomode. De pronto alguien trae la noticia de que hay una casa no demasiado grande sino de unas doce habitaciones y que da a un gran río y tiene hermosos árboles verdes en torno. Pido a ese hombre que me acompañe a comer, y después de la comida vamos juntos a ver la casa, porque no tenemos idea de cómo es. Al entrar por el portón veo que hay un gran terreno baldío de unos seis o siete mow, y me digo : "En adelante no tendré que preocuparme por la provisión de frutas y melones." ¡Ah! ¿No es eso felicidad?.

De los treinta y tres momentos felices de Chin.