saco de la estantería Fotocopias de John Berger,
hace años que no lo abro pero busco releer Una mujer en bicicleta,
un texto que me gusta mucho.
sorprendida, leo:
"Estamos saliendo de Gotebörg..."
Gotebörg es el Gotemburgo de mi sueño,
qué casualidad!
dentro del libro hay dos recortes de periódico,
un texto de John Berger y otro de Manuel Rivas.
en el de Rivas leo:
"Escribió Milan Kundera que el hombre..."
absoluto asombro.
y regocijo.
lunes, 20 de octubre de 2014
una espuma de una noche
Milan Kundera está molesto, nos saluda con frialdad y nos regaña,
sabe que estuvimos en Gotenburgo y no pasamos a verle.
no sé por qué va vestido de militar.
sabe que estuvimos en Gotenburgo y no pasamos a verle.
no sé por qué va vestido de militar.
jueves, 16 de octubre de 2014
Chozas y escondites de nieve
Estos poemas no valen
demasiado, son sólo
unas palabras arrojadas
de forma azarosa.
Aún así
para mí
hay algo bueno
en hacerlos, es
como si tuviera en ellos por un breve
momento una casa.
Pienso en esas casitas
que hacía uno con ramas
cuando niño:
entrar a gatas en ellas, sentarse
y escuchar cuando llueve,
solo entre la maleza,
sentir las gotas de lluvia en tu nariz
y en tus cabellos –
o escondites de nieve en Navidad,
entrar a gatas y cerrar después
con una arpillera,
encender una vela, y estar ahí
por frías y enteras tardes.
Olav H. Hauge.
(he descubierto a Hauge leyendo a Knausgard, un descubrimiento que lleva a otro.)
demasiado, son sólo
unas palabras arrojadas
de forma azarosa.
Aún así
para mí
hay algo bueno
en hacerlos, es
como si tuviera en ellos por un breve
momento una casa.
Pienso en esas casitas
que hacía uno con ramas
cuando niño:
entrar a gatas en ellas, sentarse
y escuchar cuando llueve,
solo entre la maleza,
sentir las gotas de lluvia en tu nariz
y en tus cabellos –
o escondites de nieve en Navidad,
entrar a gatas y cerrar después
con una arpillera,
encender una vela, y estar ahí
por frías y enteras tardes.
Olav H. Hauge.
(he descubierto a Hauge leyendo a Knausgard, un descubrimiento que lleva a otro.)
sábado, 4 de octubre de 2014
Cuando todo lo que veía, incluso un torcido y oxidado
tendedero en un patio trasero, manzanas podridas en el suelo
debajo de un árbol, una barca tapada con una lona con los
caballetes mojados sobresaliendo y la hierba debajo, amarilla
y aplastada, ardía de belleza.
La muerte del padre, Karl Ove Knausgard.
tendedero en un patio trasero, manzanas podridas en el suelo
debajo de un árbol, una barca tapada con una lona con los
caballetes mojados sobresaliendo y la hierba debajo, amarilla
y aplastada, ardía de belleza.
La muerte del padre, Karl Ove Knausgard.
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