Cuando era una cría, me caí mientras echaba una carrera a mi hermano. Yo iba en patinete y me hice una herida, profunda, en el dorso de la mano.
Durante años tuve una cicatriz, redonda.
Luego desapareció, extrañamente.
Hoy, de pronto, he tenido una sensación rara en esa mano y cuando me he rozado, me he dado cuenta de que era esa cicatriz, que ya no tengo, lo que me dolía.
Curioso que las cicatrices que ya no se ven sigan doliendo.
3 comentarios:
tengo una cosa parecida en la yema de un dedo. tampoco se ve pero el punto sigue siendo sensible, no doloroso sino apenas sensible
es que a veces las cicatrices se van abriendo por dentro...
"Si mi piel es una frontera, la cicatriz ¿está dentro o fuera?"
(Creía haber dejado ayer esta frase-cita. Envejezco: pierdo la memoria paquiderma...)
;-)
Jin, te-me gustan las coincidencias :D
Bínsent, lo que está claro es que "de mi piel pa'dentro mando yo". Y te gustan los insectos, ja! ;-P
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