viernes, 21 de noviembre de 2008

De mirlos acuáticos y la vida

Ha caído una buena helada.
En el río un mirlo acuático está posado en medio de la corriente.
Veo como se sumerge y bucea, como emerge su cabeza entre las ondas.

Me pregunto (igual que Holden Caulfield de los patos de Central Park) cómo no se congela.


Toso.
Bebo te.


Me siento atrapada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo Mark David Chapman lo sabe...

(Los mirlos no acuáticos (y los estorninos), las mamíferas oceánicas y los elefantes sordos te saludan: ¡hola!)
:-)

[Verificación de la palabra:
jistifol.
(Del lat. jistifi, -ōris).
1. m. Asombro, pasmo.
2. m. Med. Disminución de la actividad de las funciones intelectuales, acompañada de cierto aire o aspecto de asombro o de indiferencia que suele producirse tras continuados ataques de tos, en época otoñal.

¡A no preocuparse, entonces!]

Anónimo dijo...

Sábado, otoñeando.

(Te aviso: los primeros meses de mi blog están descuajeringados: se perdieron las fotos y qué sé yo, tanto colorín... Éramos jóvenes entonces. Uf. - Tengo un contador de visitas chivato; sé que andas por ahí.)
;-)