Hay cierta soledad
en mirar unas estrellas de plástico aisladas en la esquina del techo de una habitación, en un planeta perdido en la esquina de una galaxia seguramente deshabitada; todo eso es la misma cosa varias veces. Apagó la luz de la mesita de noche y el plutonio falso de las estrellas de cinco puntas de plástico brilló con fuerza para nada.
—Sin sueños no hay quien duerma— pensó con los ojos como platos.
La luz de la mesita de noche, Juan Pardo Vidal, Editorial Sloper.
(sí, esta frase me ha convencido, voy a leer esta novela.)
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