Oye ahora mi ruego de esta noche, lo que te
pido es tan poco:
un silbido de viento en el tejado para ir hacia el
sueño lentamente.
Sólo eso y acaso la ocurrencia de alguna palabra
antigua desprendida del recuerdo fugaz de aquellos
días.
Manuel Garrido, Tu voz en mi jardín.
1 comentario:
lástima que no se llame Manuela el autor ;-)
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