he cenado ya y no son ni las ocho.
un arrendajo grazna entre los árboles.
en septiembre solo andan por los campings parejas de jubilados
y los que vamos solos, el hombre de la moto, el chico de la bici,
yo y mi furgoneta.
me he bañado al llegar.
soñé que sería en el río que hay al fondo pero resulta ser apenas un arroyo.
sin embargo hay una piscina que está tentadoramente vacía cuando llego.
por una vez no me tiro de cabeza y entro en el agua desde los escalones,
el agua está casi caliente, me sorprende.
tengo la piscina para mi sola.
he cenado noodles.
bebo vino.
leo a Karl Ove K.
oscurece.
y el tiempo se suspende.
4 comentarios:
en la estepa el tiempo está (sus)pendido de un hilo.
contigo.
Qué paz! (aunque nunca se sabe), qué envidia.
Te envidio pero te agradezco el haberme llevado, aunque solo fuese un momento, a ese paraiso solitario.
Es bellísimo, shichimi. ¡Gracias!
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