Como muchos de mis vecinos, soy pobre. Vivo con unos ingresos
que están muy por debajo del umbral de la pobreza
-aunque no parezca pobreza cuando el ciclamor
y el cornejo florecen a la vez-, y cuando viajo tengo que
llevar cuidado con los gastos. Pocas veces como en restaurantes,
y siempre duermo en la camioneta: estaciono en un área de
servicio, desenrollo mi saco de dormir en el asiento delantero
y ahí me quedo, más calentita y cómoda imposible. Por la
mañana me lavo los dientes en el baño del área de servicio y me
tomo el café matutino en el restaurante. Cuando viajo, la gente
apenas me dirige la palabra o se percata de mí. Soy imperceptible
en mi anonimato. {...} Es una gozada, pues puedo quedarme
sentada en una mesa del área de servicio, beberme mi café y ver
sin ser vista.
Un año en los bosques, Sue Hubbell.
5 comentarios:
Mejor jubilación, imposible.
Ella no está jubilada, viaja para vender su miel ;-)
jiji! no lo dije por ella ;)
Gracias por descubrirme tesoros.
avec plaisir! ;-)
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