martes, 4 de septiembre de 2007
Septiembre
"Vino también septiembre y se guardó el trigo en los silos y en los graneros. Empezó a trabajar el molino que estaba cerca de la casa de Alfanhuí, y el agua sonaba durante todo el día. Alfanhuí se sentaba en un puentecito que había sobre el cauce, con los pies colgando hacia el agua y se miraba en la corriente y pasaba horas y horas viendo el ir y venir de los zapateros que flotan en el agua sobre las puntas de sus patas. Y otros gusarapitos, negros como bolitas de esmalte brillante, que navegan también por el agua, dejando estelas en zig-zag.
Pero Alfanhuí había echado un velo sobre sus ojos y había embotado el filo de su mirada y veía como un tonto todas estas cosas, como si ninguna industria quisiera venírsele a la mente."
Igualito......., solo que yo se que el siguiente capítulo se llama "De cómo despejó una nieve la melancolía de Alfanhuí".
Y ya falta menos.
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1 comentario:
septiembre... coincidimos
la maravilla de los zapateros (o los sastres como les he oído también llamar): tanta, incomprensible, ligereza. así el otoño se nos hace también más leve, tan bonito.
y es el inicio de tu nuevo año, Shichimi!
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