La idea -o el sueño- de que la vida puede ser, a pesar de todo, un
lugar habitable, y (¿por qué no decirlo?), hasta un hogar feliz.
Las veces en que pude gastar impunemente unos duros de vida
fuera del presupuesto.
La sospecha de que existe un lugar a donde ir, y azar es sólo el
nombre más fácil del camino.
El secreto que el arte confiesa alguna vez.
El que sabe callar.
El que no sabe.
Tu mano -que no ha existido nunca-entre las mías-que casi
lo consiguen.
Cosas, mínimas cosas que valen la paciencia y el riesgo de vivir.
(Cosas que alguna vez debieron ser reales,
puesto que las recuerdo).
José Cereijo, Las trampas del tiempo.
sábado, 26 de marzo de 2011
jueves, 24 de marzo de 2011
vértigo
busco un libro perdido en las estanterías y, de pronto,
encuentro un álbum de fotos
que no recordaba.
yo, a los ¿seis? años, con mi prima y, luego, montada en mi primera bici.
y, luego, un salto de diez años
y yo, tocando una flauta en un bosque.
y, después,
el vértigo total.
aquel viaje alocado, con Miguel y Ester,
felices, delante de una taberna que ya no existirá.
y las fotos de Puntozero.
y mis perros muertos.
y el verano en Altea,
todos sonrientes
comiendo sandía,
muertos de calor.
Y, Carmen,
sonriendo,
fumando,
con gatos,
en ese barco en el que hicimos una travesía (con aquél imbécil).
y gente que no veo hace veinte años.
y el primer viaje a París.
y Terri.
y Lolo y su acordeón,
y yo tan joven,
sonriendo.
y mi gata Arsilang.
y amigos que ya no los son.
y yo con mi madre, abrazándola.
instantáneas de gente feliz,
trozos de mi vida que había olvidado.
vértigo o
las cosas que ya no existen.
encuentro un álbum de fotos
que no recordaba.
yo, a los ¿seis? años, con mi prima y, luego, montada en mi primera bici.
y, luego, un salto de diez años
y yo, tocando una flauta en un bosque.
y, después,
el vértigo total.
aquel viaje alocado, con Miguel y Ester,
felices, delante de una taberna que ya no existirá.
y las fotos de Puntozero.
y mis perros muertos.
y el verano en Altea,
todos sonrientes
comiendo sandía,
muertos de calor.
Y, Carmen,
sonriendo,
fumando,
con gatos,
en ese barco en el que hicimos una travesía (con aquél imbécil).
y gente que no veo hace veinte años.
y el primer viaje a París.
y Terri.
y Lolo y su acordeón,
y yo tan joven,
sonriendo.
y mi gata Arsilang.
y amigos que ya no los son.
y yo con mi madre, abrazándola.
instantáneas de gente feliz,
trozos de mi vida que había olvidado.
vértigo o
las cosas que ya no existen.
lunes, 21 de marzo de 2011
sábado, 19 de marzo de 2011
domingo, 6 de marzo de 2011
Donde el agua se une a otras aguas
Me fascinan los arroyos y la música que crean.
Y las corrientes, entre prados y cañas, antes
de tener oportunidad de convertirse en arroyos.
Me fascinan sobre todo
por su sigilo.¡Casi olvidaba
decir algo de las fuentes!
¿Hay algo más hermoso que un manantial?
Pero también me encantan las grandes corrientes.
Las bocas abiertas de los ríos cuando se unen al mar.
Los lugares donde el agua se une
a otras aguas. ¡Conservo esos lugares
en mi mente como si fueran sagrados!
Me gustan como a otros les gustan los caballos
o las mujeres atractivas. Me pasa una cosa
con esa agua fría y veloz.
Sólo con mirarla se me acelera la sangre
y se me eriza la piel. Podría sentarme
a mirar estos ríos durante horas.
Ninguno es igual.
Hoy tengo 45 años.
¿Me creería alguien si le dijera
que una vez tuve 35?
¡Mi corazón seco y vacío a los 35 años!
Tuvieron que pasar cinco años
antes de que empezara a latir de nuevo.
Me tomaré todo el tiempo que quiera esta tarde
antes de dejar mi sitio en la orilla del río.
Me gustan, me encantan los ríos.
Me encantan desde su fuente.
Me encanta todo lo que crece en mí.
Raymond Carver, Todos nosotros.
Traducción de Jaime Priede.
Y las corrientes, entre prados y cañas, antes
de tener oportunidad de convertirse en arroyos.
Me fascinan sobre todo
por su sigilo.¡Casi olvidaba
decir algo de las fuentes!
¿Hay algo más hermoso que un manantial?
Pero también me encantan las grandes corrientes.
Las bocas abiertas de los ríos cuando se unen al mar.
Los lugares donde el agua se une
a otras aguas. ¡Conservo esos lugares
en mi mente como si fueran sagrados!
Me gustan como a otros les gustan los caballos
o las mujeres atractivas. Me pasa una cosa
con esa agua fría y veloz.
Sólo con mirarla se me acelera la sangre
y se me eriza la piel. Podría sentarme
a mirar estos ríos durante horas.
Ninguno es igual.
Hoy tengo 45 años.
¿Me creería alguien si le dijera
que una vez tuve 35?
¡Mi corazón seco y vacío a los 35 años!
Tuvieron que pasar cinco años
antes de que empezara a latir de nuevo.
Me tomaré todo el tiempo que quiera esta tarde
antes de dejar mi sitio en la orilla del río.
Me gustan, me encantan los ríos.
Me encantan desde su fuente.
Me encanta todo lo que crece en mí.
Raymond Carver, Todos nosotros.
Traducción de Jaime Priede.
viernes, 4 de marzo de 2011
frágiles y fugaces
esta mañana, en el río, me dediqué a fotografiar cristales de hielo.
el agua que los sustentaba había desaparecido y habían quedado en el aire,
con las horas contadas hasta que el sol los deshiciera.
sí, frágiles y fugaces.
pero hermosos.
miércoles, 2 de marzo de 2011
fechas, recuerdos
hoy hace un año quedamos a comer con ella algunos amigos.
estábamos deseosos de verla.
apareció con una boina de la que salía una gran melena y nos partíamos de risa.
en el restaurante se la quitó porque le daba mucho calor
y nos la fuimos poniendo todos entre risas y fotos.
fue la última vez que comí con ella.
se la veía tan frágil.
había traído la silla de ruedas, se fatigaba mucho.
pero a pesar de que terminó agotada estaba de buen humor,
bebió cerveza,
gastaba bromas.
todos la queríamos tanto.
he paseado hasta el río.
el sol se ponía sobre el agua.
estábamos deseosos de verla.
apareció con una boina de la que salía una gran melena y nos partíamos de risa.
en el restaurante se la quitó porque le daba mucho calor
y nos la fuimos poniendo todos entre risas y fotos.
fue la última vez que comí con ella.
se la veía tan frágil.
había traído la silla de ruedas, se fatigaba mucho.
pero a pesar de que terminó agotada estaba de buen humor,
bebió cerveza,
gastaba bromas.
todos la queríamos tanto.
he paseado hasta el río.
el sol se ponía sobre el agua.
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