cuando llevaba el cuenco con la ensalada a la mesa
me ha parecido que una pequeña hoja de lechuga se escurría por el exterior.
cuando he pasado el dedo he visto que no era un trocito de lechuga,
era una minúscula babosa que estaba huyendo.
no soy demasiado escrupulosa, le ensalada la había hecho yo y comía sola
así que lo único que he hecho ha sido sacarla con mucho cuidado
hasta el patio.
la he dejado sobre unas violetas (y bajo la lluvia, por fin).
me gusta haber colaborado en su huida.
2 comentarios:
le has fastidiado la comida, con lo que le gustan las lechugas... vas a comparar con unas sosas hojas de violetas :-)
Mola jugar a ser dios de las babosas :-)
lumiaco que no has de comer, dejalo correr
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