El humo, el viento y el fuego son cosas que puedes sentir
pero no tocar. Con los recuerdos y los sueños
sucede lo mismo. Están hechos de la materia del mundo.
Sólo durante un espacio de tiempo muy corto tenemos
pelo y dientes y nos ponemos ropa roja y tenemos
huesos y piel y ojos que ven. No dura demasiado. A algunos
más que a otros. Si tienes suerte, tú serás quien cuente esta historia:
que los ojos han visto, el pelo ha ondeado, la piel ha sentido
caricias, los huesos han empezado a doler.
El hombre que se enamoró de la luna, Tom Spambauer.
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