Lo que hay en mí es sobre todo cansancio;
No de esto ni de aquello,
Ni siquiera de todo o de nada:
Cansancio tal cual, en sí mismo,
Cansancio.
La sutileza de las sensaciones inútiles,
Las pasiones violentas por cosa ninguna,
Los amores intensos por el supuesto en alguien,
Todas esa cosas
-Esas y lo que falta en ellas eternamente-;
Todo esto hace un cansancio,
Este cansancio,
Cansancio.
Hay sin duda quien ama lo infinito,
Hay sin duda quien desea lo imposible,
Hay sin duda quien nunca quiere nada;
Tres tipos idealistas, y yo ninguno de ellos:
Porque yo amo infinitamente lo finito,
Porque yo deseo imposiblemente lo posible,
Porque lo quiero todo, y un poco más si puede ser,
O hasta si no puede ser…
¿Y el resultado?
Para ellos la vida vivida o soñada,
Para ellos el sueño soñado o vivido,
Para ellos la media entre todo y nada; es decir, esto…
Para mí sólo un gran, un profundo
Y, ah, con qué felicidad infecundo, cansancio,
Un supremísimo cansancio,
ísimo, ísimo, ísimo,
Cansancio…
Alvaro de Campos.
2 comentarios:
pues sí :-(
Retomando...
Me gusta.
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