Somos los recolectores,
los que recogen palos y piedras
y viejos nidos de avispas
caídos de la puerta del granero,
nueces con agujeros que parecen los ojos de los búhos,
trozos rotos de conchas,
preciosos en su rotura,
somos los que traen a casa
los huevos vacíos de las aves
y los colocamos en un pequeño estante de vidrio
¿para qué? ¿por cuánto tiempo?
No tiene importancia. Lo que importa
es la recolección,
los bolsillos llenos de restos
de días que se evaporaron, las huellas
de cierta memoria, un olor persistente,
una sonrisa que se incluye con la cáscara.
Nina Bagley
(encontré el otro día este texto y me gustó a pesar de la horrible traducción
automática, la atrevida versión es mía.)
2 comentarios:
oh, qué hallazgo.
feliz traducción :-)
pues es preciosa!
a mí, por supuesto, me ha recordado a los espigadores y la espigadora... :-)
gracias!
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