A todos nos ocurre.
Es más fácil dejarse convencer
por unas circunstancias,
que emplear tanto empuje
como se necesita para
cambiar el argumento de la historia.
Algunas decisiones
no son una cuestión de cobardía,
se toman por motivos
puramente cinéticos.
Óxidos, Inma Pelegrín
1 comentario:
¡Ostras! (con perdón)
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