abrir un tronco de un solo y preciso golpe de hacha, entrar en calor después del frío, observar dos avefrías en el río, que salte la liebre y verla correr, leer el poema que hubiera escrito, beber te,
que todo deje de importar.
5 comentarios:
Anónimo
dijo...
Después de tanta desolación qué cálida y entrañable esta entrada. En realidad son pequeños grandes placeres.
5 comentarios:
Después de tanta desolación qué cálida y entrañable esta entrada. En realidad son pequeños grandes placeres.
La leña da casi mas calor cuando la cortas que cuando finalmente la quemas, como los preliminares que llevan a cumplir los deseos :-)
O quizás que lo importante empiece a importar.
me gusta tu post, y mucho también el comentario de carmen griss
que nada ya pueda pasar, que ya todo haya pasado...
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