lunes, 30 de marzo de 2009

Porque la Tierra es redonda

Con una mano cogió el mar y con la otra un velero,
para explicar una de las pruebas
de que la Tierra es redonda.

-¿Todos los días, le preguntaba.

Lo mismo de día que de noche?

-Siempre, me respondió, y si no fuera redonda
en toda su corteza, nada se tendría en pie,
el mar llegaría hasta las cumbres nevadas
no podrían volar las aves
ni correr los niños por los campos del estío.
Ni siquiera habría verano.

Todo existe: la rosa, la luna,
mi alma, los vientos, la sonrisa de ella
y la sombra del cerezo, y las cerezas,
así son porque la Tierra es redonda.

El velero se hundía en el horizonte
y el mar iba y venía en su mano derecha
la espuma de las olas escurriéndose entre sus dedos.
Refrescaban mi rostro redondas gotas de lluvia
caída de grandes nubes que venían del Sur
gracias a que la Tierra es redonda.

Alvaro Cunqueiro, Hierba aquí o allá.
Traducción César Antonio Molina


jueves, 26 de marzo de 2009

Para viajar

Para viajar, debería bastarnos sólo con nuestro cuerpo; pero las noches reclaman un abrigo; la lluvia, una capa; el baño, un traje limpio; el pensamiento, tinta y pinceles. Y los regalos que no se pueden rehusar... Las dádivas estorban a los viajeros.

Matsuo Basho, Sendas de Oku.

Versión de Octavio Paz y Eikichi Hayashiya.

martes, 24 de marzo de 2009

Hacer una pradera

Hacer una pradera
requiere un trébol
y una abeja.
Un trébol y una abeja
y el ensueño.
Si las abejas escasean,
basta el ensueño.

Emiliy Dickinson

sábado, 21 de marzo de 2009

La vida, ese desconcierto (2)

Esperaba, con expectación, el 21 de marzo.




jueves, 19 de marzo de 2009

Carta-océano

La carta-océano no es un nuevo género poético
Es un mensaje práctico de tarifa regresiva y mucho más barato que un radiograma

Se utiliza mucho a bordo para liquidar asuntos que no se ha tenido tiempo de resolver antes de la partida y para dar las últimas instrucciones

También es un mensajero sentimental que viene a decirte buenos días de mi parte entre dos escalas tan alejadas como Leixoes y Dakar cuando sabiéndome en la mar durante seis días no se esperan recibir noticias mías

Lo utilizaré de nuevo durante la travesía del atlántico sur entre Dakar y Río-de-Janeiro para llevar
mensajes hacia atrás ya que sólo se la puede usar en ese sentido

La carta-océano no se ha inventado para hacer poesía
Pero cuando se viaja cuando se comercia cuando se está a bordo
cuando se envían cartas-océano
Se hace poesía

Hojas de ruta, Blaise Cendrars.

miércoles, 18 de marzo de 2009

jueves, 12 de marzo de 2009

hechos

bailo, en la cocina, una canción de Kusturica.

pienso que es una pena que los humanos, a diferencia del resto de mamíferos, no tengamos el cuerpo cubierto de pelo (y eso me recuerda a los athstianos peludos y verdes de El nombre del mundo es bosque).

vuelvo a vivir con un mapa junto a mí.

las violetas (y su olor) invaden el patio.

los cielos son aburridamente azules.
echo de menos las nubes.


echo de menos.

martes, 10 de marzo de 2009

escrito en el viento

Y de pronto mi memoria empieza a funcionar de forma autónoma.

Los días de París, en los que no me sentí con fuerzas para ¿reclamarte?. En especial la tarde en la que vimos a las maravillosas africanas en el parque. Me sentí tan incapaz de traspasar tus murallas. La adolescente sensación de no ser capaz de besar a quien más deseas. Tan tonto como eso. Hubiera necesitado de tu complicidad en la transgresión.

Tengo un recuerdo tan físico de ese momento. Puedo recordar la calle, la luz, la temperatura. Puedo recordar hasta tu brazo sobre mi hombro y su peso. Mi indecisión.

Es tan curioso. Hay momentos en que casi es dolorosa tu cercanía y otros en que tu ausencia, aunque estés físicamente, es cierta y también dolorosa.

Y me gusta ser capaz de analizarlo y de alguna manera disfrutarlo.

Intentar disfrutarlo todo, incluso el dolor. Creo que lo único que merece la pena es intentar apurarlo todo. Intentar ser consciente en cada momento. Que nada se pierda. Que todas las sensaciones valgan para algo. Vivir todo con intensidad, porque nunca más va a suceder. Habrá otros momentos, pero este preciso está perdido ya. Y saberlo. Y que no se convierta en algo que oprime sino en algo que de alas.

La dolorosa y gozosa sensación de fugacidad.


Todos los días me visto para la muerte.

lunes, 9 de marzo de 2009

Y entonces cada uno se puso a dibujar a su manera en la ribera del río. [...] Intentábamos dibujar piedras y agua; ambos utilizábamos tintas chinas. El negro venía en un frasco pero el rojo, el amarillo, el azul, el verde y el blanco venían en bastoncillos -probablemente exportados de Singapur- con signos dorados. Los mojas en agua -teníamos una pequeña jarra con el agua a nuestros pies- y después frotas el bastoncillo contra la superficie rugosa de una piedra y se forma así una mancha líquida que se puede recoger con un pincel y aplicar sobre el papel. Cuando están húmedos, los bastoncillos emiten un olor indescriptible, maravilloso, un poco como el del lacre. El bastoncillo se frota normalmente contra una piedra de afilar que uno lleva consigo, del tipo de las que se utilizan para afilar un cuchillo o una guadaña. Pero allá estábamos sentados entre las piedras, y frotamos los bastoncillos contra ellas. Rojo, amarillo, violeta de genciana. Cuando recogíamos el color con el pincel, a menudo nos llevábamos granos de polvo de piedra. Estábamos pintando las piedras bajo el agua con colores molidos en piedras fuera del agua. Y estos colores se diluían con la misma agua que fluía a nuestros pies. El viento levantaba las esquinas del papel. Sobre el papel los colores nunca eran puros. [...] Sin embargo los colores eran puros donde los molíamos. Cuando nos fuimos dejamos atrás, sobre dos piedras, hasta las próximas lluvias, diminutas canteras de amarillo, violeta de genciana, blanco y rojo. No muy diferentes a los colores de algunas de las boyas que utilizan los pescadores...


Te mando este rojo cadmio, Cartas entre John Berger y John Christie

sábado, 7 de marzo de 2009

un lugar al que volver

dos años hace que inicié este blog.
en marzo, mi mes favorito.

un lugar al que volver.

(en una entrevista, Gustavo Martín Garzo decía que para un escritor, una novela, mientras se escribe, es un lugar al que volver.
de alguna manera eso es este blog, el sitio al que puedo volver, el sitio en el que soy capaz de escribir (yo, que tengo una enorme colección de cuadernos sin usar y nunca escribiré una novela)).


y sigo sintiendo la nostalgia de no tener a la familia Glass esperándome en casa.



o, quizá, me esperan aquí.