lunes, 9 de marzo de 2009

Y entonces cada uno se puso a dibujar a su manera en la ribera del río. [...] Intentábamos dibujar piedras y agua; ambos utilizábamos tintas chinas. El negro venía en un frasco pero el rojo, el amarillo, el azul, el verde y el blanco venían en bastoncillos -probablemente exportados de Singapur- con signos dorados. Los mojas en agua -teníamos una pequeña jarra con el agua a nuestros pies- y después frotas el bastoncillo contra la superficie rugosa de una piedra y se forma así una mancha líquida que se puede recoger con un pincel y aplicar sobre el papel. Cuando están húmedos, los bastoncillos emiten un olor indescriptible, maravilloso, un poco como el del lacre. El bastoncillo se frota normalmente contra una piedra de afilar que uno lleva consigo, del tipo de las que se utilizan para afilar un cuchillo o una guadaña. Pero allá estábamos sentados entre las piedras, y frotamos los bastoncillos contra ellas. Rojo, amarillo, violeta de genciana. Cuando recogíamos el color con el pincel, a menudo nos llevábamos granos de polvo de piedra. Estábamos pintando las piedras bajo el agua con colores molidos en piedras fuera del agua. Y estos colores se diluían con la misma agua que fluía a nuestros pies. El viento levantaba las esquinas del papel. Sobre el papel los colores nunca eran puros. [...] Sin embargo los colores eran puros donde los molíamos. Cuando nos fuimos dejamos atrás, sobre dos piedras, hasta las próximas lluvias, diminutas canteras de amarillo, violeta de genciana, blanco y rojo. No muy diferentes a los colores de algunas de las boyas que utilizan los pescadores...


Te mando este rojo cadmio, Cartas entre John Berger y John Christie

2 comentarios:

Elena Netalga dijo...

Berger es, además de un señor encantador y campechano con el que tuve el honor de trabajar hace cuatro años, ¡una marca de pinturas!
Con una publicidad molona...
;-P

P.D.T. ¡Me encanta que me lleves de paseo en tu furgoneta! :-D

Lena de mar dijo...

Hola Shichimi... qué recuerdos!!! creo que la primera vez que entraste en mi blog fue para comentar un post mío precisamente de este libro, en octubre de 2007. Me alegro de continuar con las afinidades.

Un abracito salino