martes, 27 de septiembre de 2016

carta de Ted Hughes a su hija Frieda

Querida Frieda:

¿Qué tal los exámenes? ¿Cogiste buena carrerilla?

Al lluvia llegó justo cuando estábamos terminando de cargar
las balas de heno; tuvimos que darnos mucha prisa para meterlas
dentro, había heno en el Land Rover, en la camioneta de Jean
e Ian, en la carreta, y nosotros teníamos heno en los oídos, en
la nuca, en las botas, dentro de las camisetas. Volvimos a casa
bamboleándonos, nos levantábamos y nos entraban cosquillas,
trastabillábamos y nos caíamos otra vez... Justo delante de nosotros
avanzaba otro tractor a paso de tortuga tirando de un remolque
con una carga el doble de alta que la nuestra, como un rascacielos.
Por todo el campo se veían tractores desesperados arrastrándose
de vuelta a casa,aplastados por las últimas cargas imposibles
de transportar, bajo una lluvia verde intenso.

La lluvia está haciendo que todo vuelva a crecer. Incluidas
tus fresas salvajes, que están exquisitas (las que no se comen los
pájaros, claro). Desde que segamos la jungla de malas hierbas
que crecía por encima de la pista de tenis y la parte de arriba
del huerto se han instalado varias bandadas de mirlos y tordos
que cazan por allí. Y palomas. Diente de León Naranja también
caza, ha descubierto una gran metrópolis de ratones allí arriba,
que estaba antes fuera de su alcance. Ese gato es flor anaranjada,
hermosa e inquieta.

Jueves por la tarde y sigue lloviendo.

(...) Bueno, aquí estamos ya, todos doloridos (las articulaciones
nos chirrían como una vieja verja rota), después de recoger
las balas de heno.
También han llegado los veraneantes, sentados en sus coches-sauna
bajo el aguacero, atascados como en un túnel de lavado,
mirando fijamente el mar, con sus transistores encendidos
y el helado chorreándoles por el brazo hasta el codo. Hasta muy
pronto.
Te quiere,

Papá

(esta deliciosa carta aparece en el libro Postdata de Simon Gardfield
que he disfrutado mucho.)

miércoles, 21 de septiembre de 2016

¡la felicidad de hacer novillos!



El otro día me tropecé con este fragmento precioso de una película que no conocía,
un cortometraje de Jacques Rozier de 1956 que se titula "Rentrée des classes".
No me costó mucho encontrar la peli completa y los subtítulos.
Aunque en realidad, este es el mejor fragmento (pese a que la banda sonora moleste
un poco, la verdad).

Cuántas cosas maravillosas por descubrir.