los vencejos aún no se han ido o, por lo menos, no todos.
mientras hacía ayer esta foto del atardecer dorado, los vencejos volaban y silbaban por encima de mí.
el cambio en la luz empieza a ser perceptible, es más oblicua.
esta mañana pensaba que me apetecía irme de viaje.
por una vez mi deseo se va a cumplir.
inesperadamente.
me voy.
1 comentario:
buen viaje!!!
Un abrazo salino
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