el mosquito estaba encima de la mesa.
pensé en darle un manotazo.
entonces me fijé en como se estaba limpiando con meticulosidad extrema.
primero las antenas y luego las patas.
cogí la cámara y empecé a hacerle fotos.
después le perdoné la vida.
(esta madrugada, mientras me desvelaba, recordé el haiku que hace mil años le pedí a Yoko que me caligrafiara:
También para el mosquito
la noche es sola,
larga y sola.)
5 comentarios:
no le perdonaste la vida, admiraste su vida.
Preciosísimo haiku.
Tú tambien has sido un dios para ell mosquito....
muy bello tu post de hoy, Shichimi. me gusta todo: tu texto, tus fotos y el haiku.
es que si te paras a contemplar el mundo entonces verás su belleza... uy, si parece una máxima de viejo filósofo ! :))
Creo que a ti también te gusta Szymborska... Conoces su poema "Visto desde lo alto"? Me he acordado de él al leer tu post. (Es un poco difícil copiarlo aquí, en verso...)
yo me siento hoy un poco como ese mosquito, a quien alguien, no se sabe dónde, le está perdonando la vida...
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