miércoles, 28 de abril de 2010
momentos
la carretera que atraviesa el Gers a la luz del atardecer,
el encuentro con María, nuestro abrazo,
el vino blanco en casa de Didier a mi llegada,
el abrazo largo con Britta, a través de la ventanilla, sin darme tiempo a bajar de la furgo,
el abrazo apretado con Frans, que se agacha desde su 1'90,
los vencejos volando,
la cerveza belga de Vincent al mediodía, su afabilidad,
el abrazo intenso de Job, sus palabras que no entiendo pero comprendo,
las risas y las conversaciones,
la pena,
la sorpresa de los globos de aire caliente, la linternas que se elevan en la noche, mágicamente, y se juntan en un punto del espacio,
el globo que lanzamos María y yo, sin decir palabra, sabiendo.
las confidencias de Britta, su confianza,
los ruiseñores cantando en la noche,
la última cerveza en la terraza del café,
la conversación con Anima, nuestro cariño por Carmen,
la caminata con María por el lago,
el camino empinado a la cascada,
la cerveza con Nicole, en el pequeño paraíso, al atardecer,
la vuelta agotadora,
el peral con todas las flores abiertas,
los setenta tulipanes del patio, en flor,
los correos que me esperaban,
el cansancio,
el sueño,
saberme querida.
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4 comentarios:
Momentos, tesoros. Foto mágica.
pues claro que si...
Unas manos amantes recogerán esa linterna que María y tú entregasteis al cielo. Seguro.
Sentirse querida... un bálsamo para el alma.
como siempre, que se cambian los papeles.
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