lunes, 17 de noviembre de 2014

noviembre

llovió todo el día pero cuando volvía a casa al anochecer, ya había parado.
las nubes, densas, estaban pegadas a las cumbres y se deshilachaban por las laderas.
la lluvia había limpiado la atmósfera y parecía que todo brillaba:
los árboles y las hojas caídas, los charcos en la carretera,
los cables de la luz,
los prados en los que aún se distinguía el verde de la hierba.

abrí la ventanilla para oler el frío.
apenas me cruce con nadie.

todo se percibía tan nítido
que pensé que el mundo parecía dibujado.

1 comentario:

Marta Hora dijo...

Y si había silencio, más ;-)