miércoles, 1 de junio de 2016

Como muchos de mis vecinos, soy pobre. Vivo con unos ingresos
que están muy por debajo del umbral de la pobreza
-aunque no parezca pobreza cuando el ciclamor
y el cornejo florecen a la vez-, y cuando viajo tengo que
llevar cuidado con los gastos. Pocas veces como en restaurantes,
y siempre duermo en la camioneta: estaciono en un área de
servicio, desenrollo mi saco de dormir en el asiento delantero
y ahí me quedo, más calentita y cómoda imposible. Por la
mañana me lavo los dientes en el baño del área de servicio y me
tomo el café matutino en el restaurante. Cuando viajo, la gente
apenas me dirige la palabra o se percata de mí. Soy imperceptible
en mi anonimato. {...} Es una gozada, pues puedo quedarme
sentada en una mesa del área de servicio, beberme mi café y ver
sin ser vista.

Un año en los bosques, Sue Hubbell.

5 comentarios:

selestar dijo...

Mejor jubilación, imposible.

shichimi dijo...

Ella no está jubilada, viaja para vender su miel ;-)

selestar dijo...

jiji! no lo dije por ella ;)

Vir dijo...

Gracias por descubrirme tesoros.

shichimi dijo...

avec plaisir! ;-)