"Mi tío Matthew tenía cuatro magníficos podencos con los que solía cazar a los niños: dos de nosotros marchábamos por delante, con una buena ventaja, para dejar el rastro, y tío Matthew y los demás seguían a los perros a caballo. Era divertidísimo. Una vez vino a mi casa y nos persiguió a Linda y a mi por todo Shenley Common, cosa que suscitó un enorme revuelo entre la población, y los vecinos de Kent que iban a pasar los fines de semana se quedaron horrorizados, de camino a la iglesia, al ver a cuatro podencos descomunales que perseguían a dos niñas.
(...)
En aquella ocasión logramos despistar a los podencos atravesando un rebaño de ovejas, pero tío Matthew no tardó en ponerlos de nuevo sobre el rastro y, después de unas dos horas de dura carrera por nuestra parte, cuando apenas nos separaba poco más de media milla de casa, las criaturas babeantes nos dieron alcance entre feroces aullidos y fueron recompensados con varios filetes y muchas caricias"
Este fragmento corresponde a "A la caza del amor" de Nancy Mitford.
Cómo disfruto las extravagancias británicas. Y este libro parece estar repleto.
Lástima, el comienzo era prometedor.....
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