viernes, 22 de mayo de 2009

Este estado de mí

Este estado de mí, este estado confuso, estado vivo
esta explosión de diminutas amapolas rojas en los senos
y corazones de elefante chorreando en las manos

esta cintura verde, este silencio habitado
este sosiego lleno de musgo
este vientre dormido
con sus organismos acuáticos y cortantes
en estado de calma

hasta que una lectura o un sueño denso
o un golpe de calor o un desagüe de algas en las entrañas
me enciende la nuca y me imprime en el centro
el ímpetu feroz de masticar flores y morder
jardines botánicos

este estado de verde estado de sitio estado salvaje
que soy yo
que me invita a salir dando portazos y patadas
a los charcos de lluvia
y abofetear las nubes y tocar con el dedo
los ojos de las telefonistas

y comer helicópteros hasta poner redondo el vientre
y regurgitar por la garganta como un huevo
a los paracaidistas perdidos

y asaltar la estafeta de correos
salir con la piel despellejada de sellos
y los puños arrugados de lenguas
empuñar la locura en las residencias de ancianos
enviar plagas de chicharras a los trenes subterráneos
lanzar una sintomatología inédita a la cara de los doctores
y sacarles en camilla el corazón por la boca

y arrancar el sosiego
y atronar los campos dormidos

este pequeño animal enfurecido
este estado de sitio de sofocante nostalgia
este estado de violenta y explosiva tristeza verde

en que termino temblando aferrada a un pajarito agonizante
que cayó de la lluvia.

Susana Barragués, Los hipódromos del corazón.


Reeditando. Susana Barragués es de los poetas que no solo me da un puñetazo en el estómago sino también dos derechazos a la mandíbula.


Sin aliento.

5 comentarios:

lente dijo...

¡Dios,cuán diversa es la Poesía! Hectáreas de terreno por descubrir. Gracias!

Elena Netalga dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Elena Netalga dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Elena Netalga dijo...

Corazones de elefante,
musgo,
una lectura o un sueño denso,
un desagüe de algas en las entrañas,
nubes abofeteadas,
estafetas de correos asaltadas,
sintomatologías inéditas lanzadas a la cara de los doctores,
tristeza verde,
un pajarito agonizante
que cayó de la lluvia.

¡Todo lo que cabe en un poema!
:-)


(Ay, perdón por las borraduras anteriores...)

Anónimo dijo...

vaya...
como siempre, me das más de lo que imaginas

gracias