Hace tiempo que busco una casa para compartirla con un amigo, pero no he podido encontrar una que nos acomode. De pronto alguien trae la noticia de que hay una casa no demasiado grande sino de unas doce habitaciones y que da a un gran río y tiene hermosos árboles verdes en torno. Pido a ese hombre que me acompañe a comer, y después de la comida vamos juntos a ver la casa, porque no tenemos idea de cómo es. Al entrar por el portón veo que hay un gran terreno baldío de unos seis o siete mow, y me digo : "En adelante no tendré que preocuparme por la provisión de frutas y melones." ¡Ah! ¿No es eso felicidad?.
De los treinta y tres momentos felices de Chin.
4 comentarios:
¡quiero ese libro ya! ¿es este, Treinta y tres instantes de felicidad, de Cin Seytan? no lo encuentro en ningún lado (¿puedes darme la ficha catalográfica del mismo?) gracias.
he encontrado esto al respecto.
eres una hábil husmeadora, querida arponera.
sí, La importancia de vivir de Lin Yutang (Edhasa). ahí están Los treinta y tres momentos felices de Chin.
;-P
me ha encantado este fragmento... indagaré...
abracitos salinos
Publicar un comentario