lunes, 22 de diciembre de 2014

solsticio y recetas

acaba de entrar el invierno y hoy es el día más corto del año.
a pesar de ello, y por motivos que escapan absolutamente a mí comprensión
y tienen que ver con elipses e inclinaciones,
es el ocho de diciembre el día que el sol se pone más pronto.

los días empiezan a crecer.


vuelvo a coger de la biblio El Libro de la Cocina Judía.
llevo todo el año devolviendo un ejemplar y sacando otro,
suerte que hay dos.
me encantan esas recetas familiares y exóticas a la vez,
muchas de origen sefardita.
y me gusta atisbar esos mundos perdidos de los judíos
de Persia, Yemen, Egipto, Salónica, Iraq o Siria.


hace sol y aprovecho para dar un paseo vespertino.
quiero recoger rúcula de la que salió al principio del camino
al tirar restos del jardín.
pero las vacas de mis vecinos se me han adelantado,
las matas frondosas están todas mordisqueadas.


subo una colina y me siento al sol.
a la vuelta algo oscuro llama mi atención entre los robles.
¡son trompetas de los muertos!
hay muchas y las recolecto llena de alegría.
mañana iré a buscar más.

mi cena es negra y violeta y roja,
trompetas de los muertos con patatas violetas asadas.
y vino tinto.

se acaba el 2014, el año que empezó con
Grandes Esperanzas y pronto fue Casa Desolada.


debería leer a Dickens.

1 comentario:

Paz Zeltia dijo...

eu non me atrevo a recolectar herbas, nin setas, nin baias... só as que sempre souben (amorodos silvestres, amoras...)
sempre penso que me podo enganar e despois flipar ao estilo LSD. Por iso esta envexa pola túa cea de cores. (A cor do viño, sí que a levan tamén as miñas, sobre todo de estar con grandes esperanzas ou casa desolada