martes, 10 de julio de 2007

Los mismos

Esta mañana, al volver de mi paseo, he oído unos quejidos a lo lejos. Me he ido acercando y he entrevisto un perro. Parecía un mastín.
Con precaución y un palo en la mano (algún mastín me ha dado un susto) he llegado hasta el. Estaba atado, famélico y con una herida espantosa en una pata, llena de moscas y gusanos.

Me ha dejado tocarle, deseaba caricias. Le he soltado, por lo menos que pudiera moverse.
Después he llamado al Seprona.
Tenía microchip.

Me pregunto quien es capaz de dejar a un animal en ese estado.

Pero no hay que pensar mucho.
Los mismos que matan a su mujer a golpes o violan a una criatura de tres años.
Los mismos que ponen bombas en un mercado.
Los mismos.

No hay comentarios: