La noche de su muerte hubo un eclipse de luna.
Pude despedirme de su cuerpo entubado, ese cuerpo que conocía al milímetro, pero ella ya no estaba allí.
No he conocido a nadie más generoso.
No siempre supe entenderla.
Cuánto la quise,
cuánto la quiero.
Terri, in memoriam.
2 comentarios:
Shichimi, me gustaría ofrecerte hoy un pequeño cuenco de silencio, para que lo tuvieras a tu lado...
Gracias Jin por ese pequeño cuenco de silencio, te lo agradezco mucho...
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