Extraño y feliz momento de plenitud.
Nublado y ventoso, vuelvo a pintar con acuarela al cabo del tiempo.
Tres peras y tres ciruelas.
El placer de mezclar colores y ver, también, como se mezclan sobre el papel, como marcan su propio contorno al secarse.
Grita una rapaz y hace viento.
Lavo las últimas pinceladas erradas.
Casi, casi felicidad.
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