Viento, viento y lluvia.
Siempre que hay viento pienso en las cometas y en mi abandonada pasión por ellas.
Cuánto me gustaba volarlas.
Giros, giros y barrenas.
Puro placer.
Después de un día de vuelos, en el momento de dormir, seguía sintiendo la fuerza del viento en mis brazos.
En mi largo viaje me las llevaré.
Y volveré a volarlas.
(Al cabo de los meses los milpiés han vuelto, solo que yo no estaba pendiente y hoy se han ahogado dos.
Siento pena.
No tengo remedio.)
2 comentarios:
que sigas sintiendo mucho tiempo la fuerza del viento en tus brazos, porque desde los brazos levantados esta fuerza va directamente al corazón y le alimenta... y luego puedes volar mejor con tus cometas!
beso de viento
acaso vuelen nuestros sueños en las cometas. Sí. Creo que debes volver a volarlas.
beso
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