lunes, 27 de agosto de 2012

Creo que me gustaría ser un viejo alegre y austero.
Creo que es algo que uno puede preparar con antelación.
Y con un mínimo  de sensatez: el viejo que será, la clase de
anciano en que se convertirá. Creo además que tenemos
la responsabilidad de hacerlo bien. Y también tengo nostalgia
de una antigua cortesía. Una especie de respeto hacia las cosas.
Hacia, digamos, sencillamente, la naturaleza.
No me estoy refiriendo a nada pomposo, sino a algo que
probablemente la velocidad de los tiempos está echando a perder.
Comer frutas y verduras hervidas, necesitar pocas cosas,
no esperar nada. Dejar que el tiempo fluya.
Demorar los desayunos al aire libre. Leer sólo buenos libros.
Pasear al atardecer. Y al final del día tomarse un vaso de vino o algo parecido.

Fernando Luis Chivite, Insomnio.

3 comentarios:

arponauta dijo...

entonces tú eres vieja antes de tiempo :-)

lente dijo...

Caray, tienes una alma gemela... :-)

Lenteja dijo...

Tod@s deberíamos desear eso para la vejez... y preparar el camino mientras tanto-practicando,claro-
Besos.Lenteja