jueves, 22 de marzo de 2007
La pequeña totovía
Ayer, una pequeña totovía se estrelló contra el cristal de mi furgo.
Hacía tanto viento, que a los pájaros les costaba volar. Cuatro o cinco consiguieron esquivarme (yo, poco podía hacer; podía frenar, pero no agacharme, la furgo sigue midiendo dos metros frente a un pájaro de 20 cm).
La totovía se quedo enganchada a los limpias. Cuando frene para cogerla , aún estaba viva pero con el cuello roto. Murió enseguida.
Algunos pájaros, cuando llega la época de cría, pierden las plumas del pecho para poder dar más calor a los huevos. Las plumas se quedaron en mi mano cuando la cogí.
Solo me queda el consuelo de que los dos miembros de la pareja empollan.
Ahora tengo una pequeña totovía muerta, en el congelador, esperando para dársela a alguien que ama a los pájaros y sus delicados cráneos.
Un poco rara si que soy.
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3 comentarios:
Qué triste, pero qué hermosa manera de escribirlo.
Abrazos
Gracias, Bellota.
Gracias Chuli
Eres muy tierna, hasta sensual.
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